El silencio que a veces me arropa y otras me desnuda.
la voz al otro lado de la cuesta me enmudece de dulzura
los dedos se mueven, unos dedos que se cuentan con los dedos.
Es diciembre y el armario se abre para encontrar el vestido de cuadros
el sombrero de invierno y la camisa azúl. porque te podría dibujar con la camisa azúl.
y mañana sentado en el sofá, como una tarde de junio.
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