jueves, 16 de septiembre de 2010

Pausa café

pausa llena de ladrillos de la casa que se caerá.
no olvidar llevarse el pañuelo bordado de hilo rojo.
recordar la bicicleta que llevaba al abuelo a la casa de citas.
y los libros de una niña que todavía vestía vestidos de flores lilas.
la casa bajo los escombros en cualquier pueblo de esas montañas.

distancia suficiente para tomar la escalera de madera y subir.
Veré la foto en una agenda y recordaré su vacio.
el hueco sin balcón que dejaste en aquel espacio.

La música ya no sale por la ventana.
Y el vecino de la tumbona ya no se cuelga con su oreja a escucharte.
El silencio de la plaza sin violines, porque nunca llegaron.


las palabras me visten, como vistieron en su día la habitación de panepistimio.
los recuerdos se revelan como los negativos del cajón. silencio con olivas y traje oscuro.
manteles de mesa encima con puntillas y un disco de mi chanson.

tiempo de morder cerezas vendrá. tiempo de buscar la H en su nombre y la H del hombre hombro que se esconde trás la sombra de mi higuera y trás la hora del café en las montañas.

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